MARAVILLAS CURATIVAS
Rosa Tomatis es una artista que ha venido trabajando de manera aislada, sin sujetacion a tendencias, siguiendo su propio camino en una búsqueda en las que predomina la buena pintura, intercalada eventualmente con propuestas que la acerca más al conceptualismo y al a instalación.
Su muestra en el Centro Cultural de Bellas Artes resume buena parte de sus lucubraciones cuando alterna la pintura y el collage trabajando cuerpos que se adhieren a la superficie como ocurre con los pulpos o papeles que la pega para permitir un subtexto que enriquecen el contenido de la obra.
Hay un carácter espacial que predomina en sus cuadrados es allí donde puede provenir el carácter espiritual de la búsqueda que se ha planteado. Sin embargo, para nosotros los collage de Rosa Tomatis son los que mejor evidencian el riesgo asumido y el acierto logrado en tiempos en los que todo ha sido dicho y renovar lenguaje es prácticamente imposible de lograr. Sin embargo, son de estas piezas donde mejor se aprecia el brio del pintor y el rigor de la investigación.
Noventa años después de Piccasso, Gris y Braque; Tomatis nos muestra que todavía es posible intentar la búsqueda de lo nuevo, que para ellas es la salpicadura del color sobre la mancha eminentemente occidental. En ello recurre al a multiplicidad de posibilidad que le proporcionan los signos impresos sobre el papel pegado. A veces son apenas puntos de color que pudieran haber sido hechos con pintura, otras una imagen altamente definible, que nos permite a un tiempo y a una cultura – ya se nuestra o ajena – y finalmente la palabra impresa que se encarga de crear la ambigüedad. Por eso, “Libido” pudiera ser un buen ejemplo del acertado uso de sus significantes.
Exponer en el Centro Cultural de Bellas Artes es una tarea arriesgada. El local imponente plantea exigencias al expositor que deben ser resueltas logrando un equilibrio entre la obra de arte y el espacio arquitectónico. Al momento de escribir estas líneas no he visto cómo la obra de Tomatis interactúa con la arquitectura, pero en la soledad del estudio, en la neutralidad de las paredes bañadas de una quirúrgica luz, que no perdona fallos, los cuadros de Tomatis permiten la reflexión en torno al arte y a la vida que toda propuesta debería contener. Para nosotros, ella con esta exposición ha logrado el placer de la meditación, que para muchos es la mayor aspiración que un artista puede alcanzar.
- Luis Lama